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jueves, 14 de febrero de 2013

Ego adepto off ad proximam


Qué puñeteramente mal sienta cuando amagas con irte con la egocéntrica intención de que todos te digan que por qué, que no hombre ¿cómo te vas a ir tú que eres la alegría de la fiesta?, ni se te ocurra, no te vamos a dejar... etc, y en vez de eso te abren la puerta y te dicen: '...hale majete, hasta otra...' con palmadita en la espalda, como empujando.

Más o menos eso le debe de estar pasando a Su Santidad Benedicto equis, uve, palito. No digo yo que anunciara su retiro, renuncia, dimisión o cómo leches quieran llamarlo, con esa intención; harto y hasta las narices de que, siendo como es el subdirector general del tinglado católico, no le dejen hacer y deshacer a sus anchas. No, no lo digo. Pero que todo quisqui allí, acá y en el otro lado del mundo, primero se sorprenda para acto seguido y sin casi respirar comience a opinar que es lo mejor que podía haber hecho, que no le quedaba otra, que si parece muy cansado, que si le venía grande el cargo, que si ya es muy mayor.... le deja a uno (por muy Papa que se sea) con la moral buscando lombrices.

Se especula con variados motivos por los que el Sumo Pontífice ha decidido apretar el pulsador y apearse en la próxima parada. Problemas de salud, edad avanzada, impotencia para frenar los escándalos varios y jugosos del Vaticano, aburrimiento (?), tramas novelescas de espionaje, venganzas y puñaladas traperas ... etc. Mire usted por dónde que yo, católico medio creyente por educación y forzado bautismo, nulo practicante y para nada amigo de curas, monjas, clérigos y otros, tengo un supuesto que poco, o más bien nada, he escuchado y que muy posiblemente solo sea mera 'auto-ciencia-ficción',  totalmente descartable e inimaginable por mentes normales y  producto del, en demasía, tiempo libre del que dispongo como parado de larga duración (estado éste que noto afecta seriamente a las pocas neuronas que me restan).

¿Y si resulta que a Joseph Aloisius Ratzinger lo que en realidad le ha empujado a dejar su cargo es que a estas alturas no ve muy claro eso de la luz al final del túnel? Vamos, que le asaltan las dudas sobre lo divino, lo eterno y lo bueno que es el Dios Todopoderoso. Alguna vaga pista ya ha dejado caer. Eso de la mula y el buey, que la estrella de Belén no era tal, que los Reyes Magos no eran ni reyes, ni magos, ni de oriente sino más bien unos simpáticos andaluces de turismo por aquellas tierras o que el limbo, de la noche a la mañana,  deja de existir. Se empieza por tirar de un tonto hilillo y te cargas todo el jersey. En este caso, toda la casulla. De continuar en su cargo termina por reconvertir el Vaticano, la Santa Iglesia y todo lo que conlleva, en un simple pero largo cuento con un principio (...erase una vez un dios que se aburría estando sólo...), un entramado central (...y nació el niño en un pobre pesebre...) y un final (...colorín, colorado hasta aquí hemos llegado).

De todas formas no me hagan mucho caso. Últimamente estoy viendo demasiadas películas (alemanas, vaya casualidad) que cuentan inverosímiles y rebuscadas historias sobre secretos Vaticanos, cuerpos hallados que pudieran ser de Jesucristo (por lo que nunca ascendió a los cielos), montajes templarios, culturas extraterrestres a las que se les atribuye el ser dios o dioses... Películas, al fin y al cabo, que me tienen tocado el poco seso que me queda.

Lo único verdaderamente cierto, real y demostrable es que Benedicto, el día 28 de febrero, a las 8 en punto de la tarde (alemán cabeza cuadrada hasta la médula el tío) dejará vacante su silla y el que venga detrás que arree y trate de recomponer la Casa de Dios, que está manga por hombro, mejor dicho: sotana por rodilla. Él se retira plácidamente a un convento de monjas de clausura en el que ya están acondicionando sus futuros aposentos. Me queda la duda de si dispondrá de WiFi. De todas formas, ¡¡no es listo ni ná!!. Por todos es conocido la buena mano que tienen las monjitas con la cocina -en especial con los dulces-, lo apañadas que son para el orden y la limpieza, y sobretodo, lo poquito que hablan. Afirma, el por ahora obispo de Roma, que a partir de ese preciso momento pasará a estar desaparecido para el resto de los mortales. Parece ser que el pronto 'ex-Papa'  ha terminado de los hombres y sus historias hasta más arriba del rabillo del solideo y por eso pide que le paren el mundo, que él se baja en la próxima.




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